Pasarela peatonal basada en perfiles tubulares de acero sobre estribos de hormigón blanco.

Pese a la presencia del arco, la resistencia de la pasarela reside en el tablero, bajo el cual se encuentra un perfil tubular circular, curvado en un solo plano, del que salen mensulas de longitud variable adaptandose a la trayectoria curva del propio puente.
Tanto visual como estructuralmente, el puente ofrece una extraordinaria ligereza que la podemos comprobar al caminar sobre él: nuestra sensación de ingravidez, rodeados por las péndolas y el tablero de cristal se acentúa con la vibración de nuestros propios pasos.

Fotografías cedidas por gentileza de D. Pedro Landa, profesor de la E.T.S.I.I. de Bilbao